“Tu voto vale doble” en su versión 2023

En las elecciones generales del próximo 30 de abril, el Partido Colorado se apresta a repetir una historia electoral que ya hemos visto en nuestro país, allá por 1998 y que se ha dado también en otro lares: el de un candidato que, si gana, en realidad no gobernará, sino que lo hará otro que tiene el liderazgo y el poder real.

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“Tu voto vale doble” era el eslogan electoral de la dupla presidencial colorada Raúl Cubas Grau-Luis María Argaña en 1998. El mensaje a los electores colorados era que sus votos no eran ni para Cubas ni para Argaña sino, en realidad, para el general Lino César Oviedo Silva, en ese entonces preso por disposición del presidente colorado de turno, Juan Carlos Wasmosy.

Si ganaba Cubas, Oviedo sería puesto en libertad por Cubas Grau, como luego ocurrió, lo cual desató una crisis política, institucional y social con ribetes trágicos, por el asesinato primero de

Argaña, a manos de sicarios vinculados al oviedismo y la carnicería del viernes 26 de marzo de 1999, en la que 8 jóvenes perdieron la vida y cientos fueron heridos por francotiradores, en las plazas del Congreso.

Previamente a aquellas elecciones de 1998, todos sabían perfectamente qué significaba eso de “tu voto vale doble” y en particular los colorados sabían que Cubas no gobernaría normalmente ya que, en términos políticos, no era nadie y le debía su cargo a Oviedo.

Un caso semejante, guardando las enormes distancias y circunstancias, se dio en la Argentina en el año 1972, cuando el peronismo, fuerza política ampliamente mayoritaria, no podía candidatar a presidente a Juan Domingo Perón, por estar proscripto y planteó en su lugar a Héctor J. Cámpora. “Vote y vuelve” decía el eslogan en aquellos tiempos y todos lo entendían sin necesidad de ninguna explicación. Efectivamente, Perón volvió, pero falleció al poco tiempo y se instaló un vacío de poder que desembocó en la sanguinaria dictadura de Jorge Rafael Videla.

Cuando el candidato en realidad es una máscara que esconde otra cara, difícilmente se pueda llegar a buen puerto.

La manera que Cartes encontró para seguir en el poder, imposibilitado de buscar la reelección que prohíbe la Constitución Nacional, fue poner a un candidato que podrá manejar.

El cartismo es principalmente un proyecto político-económico-empresarial que busca extenderse en el tiempo. En realidad, Cartes nunca lo ocultó, poniendo a los gerentes de sus empresas como ministros y viceversa después.

Siendo presidente, el 25 de setiembre de 2014, en una reunión con empresarios españoles, Cartes dijo que el país “es como una gran empresa, en donde no deberían existir ideologías políticas” (sic) exhibiendo una vez más sus limitaciones intelectuales, pero también ratificando su concepción política sobre el manejo de un Estado.

De hecho, en su campaña electoral para las elecciones presidenciales de 2013, en la propaganda televisiva no aparecía Cartes sino sus empresas. El candidato era “el grupo Cartes”, y eso tenía que ver con las limitaciones del candidato para hablar y a su misma presencia personal. Sin embargo, en el fondo, la publicidad no mentía en cuanto a cuál era la propuesta de gobierno y a qué estaba dirigida la captura del poder.

Por eso, quienes voten al candidato colorado seguramente no desconocen a quién votarán y cuáles pueden ser las consecuencias.

mcaceres@abc.com.py

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