Regaló puchero tras corte de energía

Debido a la falta de electricidad, muchos comerciantes experimentaron importantes pérdidas en sus negocios. Uno de ellos es Jorge Vera, un carnicero del Mercado de Abasto, quien decidió regalar 500 kilos de puchero a recicladores de la zona.

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Al menos 500 kilogramos de puchero fueron regalados por Jorge Vera (47), propietario de la carnicería "San Ramón" ubicada en el Mercado de Abasto. Los beneficiados fueron unos recicladores de verduras y frutas que frecuentan la zona. "Muchas personas llevaron la carne, y les tocó de cinco hasta diez kilos a cada uno", relató el comerciante.

Vera es uno de los miles de comerciantes que se vieron afectados por la falta de energía eléctrica a raíz del incendio ocurrido en la Subestación de San Lorenzo, que afectó a varias localidades de Asunción y Gran Asunción.

Explicó que diariamente adquiere carne por aproximadamente G. 20 millones, de los cuales la mitad fueron pérdidas durante el día de ayer por la carencia del servicio básico. Explicó que una vez que recuperaron la luz este sábado, procedió al procesar la carne de puchero, que debe ser cortada antes de ser vendida y como aún no se había descompuesto, decidió regalarla. "Gracias a esto la pérdida no fue mayor", dijo en diálogo con ABC Color.

Por su parte, Edgar Valdez, productor bananero de Agro Flor Yguazú, negocio también asentado en dicho centro de compras, sostuvo que hasta el momento ya tuvo una pérdida estimada en G. 50 millones, desde el jueves, cuando ocurrió el corte de luz.

El comercio cuenta con tres cámaras refrigeradas para la conservación de bananas. Explicó que en las primeras dos cámaras totalizan 750 cajas, mientras que en la última son unas 500. Cada caja suele ser vendida entre G. 35.000 a 40.000 cada una, pero para que la pérdida no fuera total, contó que decidió vender unas 100 cajas a G. 5.000.

Cuando el equipo de ABC Color visitó el comercio, Valdez se encontraba regando las bananas ubicadas en las cámaras, en su afán de evitar que las frutas se descompongan. Sin embargo, admitió que resultaría casi imposible evitar que eso ocurriese, ya que las cámaras deben mantener una temperatura promedio de 18 grados, mientras que en ese momento el marcador mostraba 32 grados.

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