Liturgia recuerda el Viernes de Dolores

Los católicos conmemoran hoy el Viernes de Dolores. En la liturgia se recuerda los sufrimientos de María en su acompañamiento a Jesús. Cae dentro de la Cuaresma, que años atrás era un tiempo de silencio, oración y rezo del vía crucis.

Imagen de la Virgen de los Dolores de Tañarandy.
Imagen de la Virgen de los Dolores de Tañarandy.Archivo, ABC Color

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En las puertas del inicio de la Semana Santa, que comenzará este Domingo de Ramos, el Viernes de Dolores es una conmemoración especial que se centra en la Virgen María y sobre todo en los sufrimientos que tuvo que sobrellevar acompañando a Jesús.

La tradición dice que fueron siete los momentos difíciles de la Virgen junto a su Hijo. Para los creyentes, contemplar los sufrimientos de María es valorar el sentimiento de una madre hacia el hijo, que en el caso de ella ya experimentó desde el momento en que estaba por dar a luz al Mesías.

He aquí los siete dolores que soportó María:

1. No encontró María albergue en Belén donde dar a luz a su hijo, que nació rodeado de animales.

2. “Una espada traspasará tu alma”. Simeón le anunció los dolores que sufriría.

3. La huida a Egipto cuando Herodes quiso matar al niño.

4. El niño perdido y hallado en el templo.

5. El encuentro de María con su hijo, camino del calvario.

6. La crucifixión. María presenció la muerte de su hijo.

7. La sepultura de Jesús y la soledad de María. Es la separación definitiva de los restos del ser amado.

Esta recordación se enmarca dentro de la Cuaresma, que décadas atrás era un tiempo de moderación, oración y de silencio. Era el anticipo de la Semana Santa. Es costumbre ir a los templos y rezar el vía crucis. También en el pasado, al igual que los otros viernes de la Cuaresma, era de ayuno y abstinencia. Hoy esta privación, para el católico, son los días, el Miércoles de Ceniza y Viernes Santo.

El Viernes de Dolores, como la disminución en el consumo de alimentos, eran muy respetados en las familias, donde los mayores se encargaban de invitar a la visita a los templos y del orden para que la moderación y el silencio imperen en el ambiente.

Estas costumbres aún se practican en algunas localidades del interior, pero en menor grado. Los preparativos, más bien ya se centran, en las misas del Domingo de Ramos, que suelen ser muy concurridas porque al creyente le gusta bendecir sus ramos para luego colocarlos en las entradas de los hogares para ahuyentar el mal.

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