Granja ahorra G. 230 millones en fertilizantes

El cuidado del medio ambiente es un compromiso de todos, pero debe ser teórico y práctico, nos dijo el ingeniero agrónomo Óscar Vega, quien junto con sus hermanos desarrollan la granja hortícola Filo Hortic, en Santa Rosa, Misiones, en donde practican la “economía circular”, y estarían logrando ahorrar en compra de fertilizantes más de G. 230 millones al año.

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“Desde hace 8 años venimos trabajando en el rubro hortícola y siempre buscando innovaciones, no solo para lograr una mayor producción, sino también cuidando del medio ambiente. Nuestra actividad principal es la producción de tomate y locote bajo invernadero donde implementamos un sistema integrado de manejo de plagas y enfermedades. Como actividad asociada tenemos la producción ovina y porcina para carne y subproductos, además de la producción de miel de abeja en cajas ubicadas en un remanente boscoso de la finca”, confirmó el ingeniero Vega.

Proyecto Ecofilo

“El proyecto Ecofilo tiene como componente principal aprovechar los desechos generados en la finca. La producción de tomate y locote, así como de cerdos y ovejas generan residuos que son considerados como recursos para la producción de humus de lombriz sólido y líquido, que luego de un proceso, será incorporado nuevamente como fertilizante y materia orgánica para mejorar los rendimientos de la producción hortícola”, confirmó el profesional técnico.

Cantidad de residuos

En cuanto a la cantidad de residuos que se generan, el ingeniero dijo: “Actualmente, Filo Hortic produce 50.000 plantas de tomate y 10.000 de locote bajo invernaderos, que ocupan una superficie total de 1,5 hectáreas. Esta producción, sumada a la cría de cerdos y ovejas, además de la carpintería y la producción de miel de abeja como actividades secundarias, producen un total de 250.000 kg/año de residuos como restos vegetales, estiércol de animales, aserrín, entre otros”.

Transformar residuos en dinero

“Si bien el objetivo principal de este trabajo es el cuidado del medio ambiente, el factor económico adquiere aún más fuerza porque se podría considerar como “convertir residuos en dinero”, por ejemplo en 2 hectáreas plantadas (1,5 de horticultura y 0,5 cría de animales y otros) se obtienen 30.000 kilos de residuos por zafra, multiplicado por 3 zafras (4 meses cada zafra), en un año se logran 90.000 kilos de residuos convertidos en humus sólido que se venden a G. 2.000 el kilo representarán G. 180.000.000 de ahorro para el productor”, calculó nuestro entrevistado.

Humus líquido es más caro

Sobre el humus líquido el ingeniero Óscar Vega dijo: “El humus líquido que se obtiene de los mismos residuos sólidos también genera ingresos, pues utilizando el mismo concepto de 3 cosechas al año, se lograrían unos 1.800 litros que vendidos a G. 30.000, estarán dejando unos G. 54.000.000 en ahorro. O sea, no va ser necesario comprar fertilizantes por ese valor”.

Un agradecimiento y resumen

El ingeniero Óscar aprovechó la entrevista para agradecer a sus hermanos Pascual, Víctor, Juan Carlos y David que son parte de esta unidad de producción familiar e hizo un resumen. “El proyecto contribuye a los tres principios de la economía circular. Elimina residuos y potenciales fuentes de contaminación con la producción de humus de lombriz en vez de ser quemados o amontonados. Regenera sistemas naturales a partir de una gestión planificada de aprovechamiento óptimo del reciclaje de nutrientes; y por otro lado los nutrientes no se pierden, se transforman en alimentos de alto valor con un bajo impacto ambiental y mayor viabilidad económica”.

Apoyo de Fecoprod y UE

“Este proyecto pudimos desarrollarlo gracias al apoyo de la Fecoprod y la Unión Europea, en donde concursamos con más de 100 participantes y logramos adjudicarnos la posibilidad de desarrollarlo”, confirmó el ingeniero Óscar Vega.

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