Jonathan Glazer y el Oscar: como pandorga en tornado

Sobre el discurso del cineasta Jonathan Glazer al ganar el Oscar a la Mejor Película Internacional y el valor de alzar la voz.

Jonathan Glazer recibiendo el Oscar a la Mejor Película Extranjera (Myung J. Chun - Getty Images)
Jonathan Glazer recibiendo el Oscar a la Mejor Película Extranjera: el discurso del "escándalo" (Foto: Myung J. Chun - Getty Images)Myung J. Chun

Cargando...

La noche del 10 de marzo, en la ceremonia de entrega de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, «La Roca» Johnson y Bad Bunny rompieron un sobre y revelaron el nombre del ganador del Oscar a la Mejor Película Internacional. El cineasta judío Jonathan Glazer (Londres, 1965) se levantó, se abrió paso entre el público y subió al escenario en medio de sonoros aplausos, seguido por el también judío productor James Wilson. Luego de las felicitaciones y apretones de manos del rapero y La Roca, Glazer, nerviosísimo, le pasó a Wilson el trofeo, se sacó un papelito del bolsillo y, temblando como pandorga en tornado, lo desdobló y leyó en voz alta lo siguiente:

Thank you to the Academy for this honor, and to our partners A24, Film4, Access, and Polish Film Institute; to the Auschwitz-Birkenau State Museum for their trust and guidance; to my producers, actors, collaborators.

All our choices were made to reflect and confront us in the present. Not to say, Look what they did then; rather, Look what we do now. Our film shows where dehumanization leads, at its worst. It shaped all of our past and present. Right now we stand here as men who refute their Jewishness and the Holocaust being hijacked by an occupation which has led to conflict for so many innocent people.

Whether the victims of October the 7th in Israel or the ongoing attack on Gaza, all the victims of this dehumanization, how do we resist? Aleksandra Bystron-Kołodziejczyk, the girl who glows in the film as she did in life, chose to. I dedicate this to her memory and her resistance.

Thank you.

Zona de interés es un peliculón que encontrarán reseñado en otro artículo de esta misma edición del Suplemento Cultural; yo voy a hablar del alud de ataques que Glazer está recibiendo debido al segundo párrafo de su discurso, que podemos traducir así: «Todas nuestras decisiones han sido tomadas para reflejarnos y confrontarnos en el presente. No para decir: Mira lo que hicieron ellos entonces, sino Mira lo que hacemos nosotros ahora. Nuestra película muestra a dónde lleva la deshumanización en su peor forma, que moldea nuestro pasado y nuestro presente. Ahora mismo, estamos aquí como judíos que se niegan a aceptar que su judaísmo y el Holocausto sean usurpados por una ocupación que ha arrastrado al conflicto a tanta gente inocente».

Anathema sunt!

El linchamiento de Glazer empezó esa noche y en los días posteriores fue subiendo de tono. Las redes sociales y los medios de comunicación «citaron» su frase Right now we stand here as men who refute their Jewishness and the Holocaust being hijacked by an occupation cortada: Right now we stand here as men who refute their Jewishness. Punto. Esa versión distorsionada sirvió para sostener que Glazer había «refutado» su judaísmo (que había renegado de él) y presentarlo como un «judío antisemita» lleno de «auto-odio».

Glazer fue una «mancha moral» en los Oscar, tuiteó el periodista de ultraderecha Ben Shapiro; Glazer es uno de los «hipócritas y mimados miembros de la élite del cine» que «predican moral al mundo», declaró el cineasta húngaro László Nemes; Glazer «excusó el terrorismo más atroz», publicó la ADL (Anti-Defamation League); Glazer es un «judío antisemita» para el que «no hay perdón», dijo el ministro israelí de Asuntos de la Diáspora, Amijai Chikli. Etcétera, etcétera.

Finalmente, Variety publicó una carta abierta contra Glazer difundida esta semana por la prensa mundial –incluyendo El País de España y ABC Color de Paraguay (1)–. Firmada por cientos de «creativos, ejecutivos y profesionales» de Hollywood, tiene momentos asombrosos («Israel no está atacando a civiles», dice textualmente). Sus firmantes menos oscuros son el director Eli Roth y los actores Jennifer Jason Leigh y Michael Rapaport; el resto –al menos para nosotros, ajenos a la industria– son perfectos desconocidos.

«El uso de palabras como ocupación para el pueblo judío nativo que defiende una patria que data de miles de años y ha sido reconocida como estado por la ONU distorsiona la historia», dice la carta. Pero no dice que, si del reconocimiento de la ONU se trata, la ONU reconoce que hay una ocupación desde 1967. Ese uso –sigue la carta, doblando la apuesta– respalda «el moderno libelo de sangre que alimenta el odio antijudío en el mundo, en Estados Unidos y en Hollywood». En suma, la carta deja claro que, al hablar de Israel, usar la palabra ocupación es blasfemia y el que la pronuncie sufrirá anatema.

Interessengebiet

Zona de interés, adaptación libre de la novela homónima de Martin Amis, muestra la tranquila rutina doméstica del comandante de Auschwitz, Rudolf Höss, su esposa, Hedwig, y sus hijos en su bella y vasta residencia con establos, piscina e invernadero. Los miembros de la familia Höss, separados del campo de exterminio solo por el muro del fondo de su jardín, llevan una vida normal a la sombra del humo de los cadáveres incinerados que a diario vomitan las chimeneas: viven, como nosotros, del lado «normal» de un «muro». Nosotros somos el tema de la película, no el Holocausto. Glazer terminó de rodarla en 2022, pero quiso el destino que llegara a los cines después del 7 de octubre de 2023, con las cámaras escondidas en las habitaciones de los Höss de pronto siniestramente semejantes a nuestros cinco meses scrolleando en tiempo real el primer genocidio de la historia transmitido por streaming.

Temblando, Glazer se atrevió a denunciar urbi et orbi desde el Teatro Dolby de Los Ángeles la deshumanización de los palestinos –lograda con ayuda de la misma industria cinematográfica que le estaba dando el Oscar– y a señalar la ocupación militar de sus territorios como causa de un conflicto que arrastra «a tanta gente inocente». Nadie más tuvo el valor de hacer algo parecido esa noche. Al declarar que él, un judío, se negaba a aceptar que su judaísmo y la memoria del Holocausto fueran usurpados con fines espurios, dejó claro que judío, sionista e israelí no son términos intercambiables. Reveló así el verdadero carácter de un proyecto colonial que basa su supuesta legitimidad en una falsa sinonimia entre los tres. Demostró, igualmente, que confundir con «antisemitismo» las críticas de un judío a las políticas de Estado de Israel es tan ilógico como confundir con Israel a los judíos que se están manifestando a favor de la causa palestina en todo el mundo. La protesta de Glazer, su reivindicación del derecho a hablar por uno mismo, a definir soberanamente la propia identidad, su justa indignación contra un poder que silencia las voces de tantos judíos –propalestinos, antisionistas, pacifistas, disidentes– mientras finge que los representa es coherente con la convicción de que nunca más significa nunca más para nadie, con la querella contra Israel por genocidio presentada por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya y con la vocación de universalidad de esa enorme película que es Zona de interés.

Notas

(1) Ver: https://www.abc.com.py/espectaculos/cine-y-tv/2024/03/19/profesionales-judios-de-hollywood-firman-carta-contra-glazer-por-su-discurso-en-los-oscar/

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...