Saqueos y violaciones durante ocupación de la posguerra del 70

Un estado de saqueos y violaciones es lo que sufrió Asunción en la posguerra del 70, según rememora la investigadora Ana Barreto, al analizar la ocupación aliada desde 1869 hasta 1878.

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Los brasileños, además de robar a mansalva y de violar a las indefensas y esqueléticas mujeres que hallaban, secuestraban niños y los enviaban a Río de Janeiro o para cobrar recompensa; y, obsequiaban pasajes a mujeres para enviarlas a Corumba, estado de Mato Grosso.No es fácil, sin que se haga un nudo en la garganta, hablar de la Guerra de la Triple Alianza, y peor aún, si se recorren los años de tinieblas que siguieron con la ocupación de los aliados.   

La historiadora e investigadora Ana Barreto es una apasionada observadora de cómo los sobrevivientes paraguayos tuvieron que soportar  las más terribles humillaciones durante la ocupación aliada (1869-1878).   

Dentro de sus ocupaciones, accedió a conversar con ABC Color en una de las salas del Archivo Nacional.   

Con la copia del periódico La Regeneración y varios libros relacionados con ese periodo, repasa los primeros pasos en la ingente tarea de reconstruir la nación.   

Recuerda que en enero del 69 se produce la ocupación de Asunción, cuando todavía faltaba un año para que termine la guerra. López se estaba retirando hacia las Cordilleras para luego seguir hasta el Amambay.   

Antes de su partida al norte, ordena la quema de los cultivos, a punto de cosecha que mantenían las residentas en las chacras de Cordillera.

Las mujeres, viudas y huérfanas, tenían la opción de tomar uno de los dos caminos de la muerte: seguir a López o llegar a Asunción, donde ya estaban unos 12.000 soldados aliados.   

Ana se pregunta, "si uno se pone en el lugar de los sobrevivientes, ante la desesperanza tal y la pérdida de todos sus parientes, maridos, hijos chiquitos, ¿cuál sería el camino que uno tome?

Así, entre 3 a 6.000 personas llegaron a Asunción, una capital devastada, saqueada donde el mismo ejército brasileño tenía problemas de abastecimiento, y si ellos tenían problemas, cómo ayudarían a los sobrevivientes", reflexiona.   

Mendigos y prostitutas

La investigadora menciona que en el 69, la mendicidad y la prostitución se convierten en los únicos medios de subsistencia, "eso no significa que por eso se debe perdonar a los aliados por las violaciones que cometieron que llevaban a la muerte a las esqueléticas paraguayas", refiere.   

 A las violaciones, agrega, hay que sumar los saqueos que cometían los brasileños en cuantas casas que encontraban a sus pasos.

Fueron momentos de tremenda desolación y desesperanzas, lo que llevó a cientos de hombres mutilados y harapientos a la borrachera o al suicidio.

Para empeorar la situación, los brasileños implementaron una política de migración para poblar Corumbá. Comenzaron a seleccionar las pocas mujeres jóvenes para enviarlas a aquella región. Ofrecían pasaje gratis, trabajo de ama de casa y comida. Así, por lo menos, según los  registros, aproximadamente 3.000 mujeres fueron para el norte y una vez establecidas tomaron como maridos a soldados brasileños y fueron prácticamente las fundadoras de Corumbá. Pero todavía queda más. Los brasileños también raptaban a los niños que a rastras llegaban a la capital. Si eran huérfanos y procedían de sectores humildes, eran seleccionados y enviados de regalo a Río de Janeiro o Buenos Aires para criados. Si sus familiares eran conocidos, entonces ponían precio hasta que venían sus parientes. Así lo menciona el historiador Gill Aguínaga, quien escribió una separata sobre los excesos cometidos por los brasileños que ocuparon el país por 9 años.
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