Anuario asunceno

Asunción había comenzado el 2015 con mucho dinero en medio del caos.

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En varias ocasiones la Comuna capitalina y la gestión del entonces intendente Arnaldo Samaniego fueron la primera plana de los diarios por diversas razones. La “bienvenida” al Año Nuevo –ahora ya concluido– se había dado con una enorme cantidad de basura, baches y animales sueltos. Las aguas estaban bajas en la Bahía y la gente clamaba por un lugar donde darse un chapuzón.

“La mitad de los recolectores duermen sobre tacos”, dice una noticia del 10 de enero. Solo 16 de los 31 vehículos con que contaba la Comuna estaban operando a medias por la falta de repuestos.

El 20 de enero se reitera: “Asunción, atestada de basurales”. Los manchones de desechos se veían desde el aire en torno a los asentamientos precarios. Toda esa mugre ahora está cubierta o entremezclada con el agua de la riada.

El 24 de enero las vacas se paseaban orondamente por la Costanera y el intendente Samaniego hablaba de críticas por una “cuestión política”.

Una noticia positiva que tuvo su lado de cal y otro de arena fue la inauguración de los semáforos inteligentes donados por la Agencia de Cooperación Internacional de Korea (Koica), que hasta el momento no puedieron demostrar el efecto ordenador deseado por la falta de interconexión de toda la red de tránsito.

En el mes de la Patria se intentó la peatonalización de Palma con un mosaico colorido de jóvenes artistas. Finalmente el proyecto fracasó por la falta de previsión y de una buena planificación y consenso con los involucrados. En tanto, espacios públicos como el Parque Caballero seguían aguardando las mejoras prometidas.

“Asuncenos sufren la precariedad”, decía el titular con una fotografía de cráteres el 26 de mayo. Las intensas lluvias dejaban sus huellas gigantescas en la vía pública y remontaba a los raudales de antaño, antes de la red pluvial. Las alcantarillas colapsadas y taponadas convierten las calles en lagunas.

Llegamos a la Navidad con los mercados hechos un asco y las calles hechas trizas. El asfalto se desmenuza como si fuera jabón.

Es otras palabras, pasaron los 12 meses y la ciudad perdió un tiempo valioso, se gastaron todos los recursos en las elecciones que arrojaron un nuevo intendente y cambio de signo político.

Empezamos el 2016 con la ciudad bastante golpeada por El Niño y sin los recursos necesarios aún. Todo depende de los primeros pagos de impuestos. El intendente Mario Ferreiro no podrá hacer milagros remando solo contra la corriente.

Los paraguayos siempre supimos reponernos de los momentos más difíciles de la historia y Asunción sigue siendo la querida “Madre de Ciudades”.

Arranquemos el nuevo año con onda positiva y una nueva actitud más amigable con la ciudad. Solo así el nuevo anuario se tejerá sobre buenas noticias.

pgomez@abc.com.py

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